Asentado a orillas del río Ulla, en un tramo ya próximo a su desembocadura en la ría de Arousa, este pequeño municipio, límite septentrional de la provincia de Pontevedra, es paso obligado para los peregrinos que se embarcan en dos caminos.
Para los que transitan por el Camino Portugués se convierte en la antesala del clásico fin de etapa ubicado en Padrón. Para aquellos que cubren por mar el trayecto que realizó en su llegada a Galicia la barca con los restos del Apóstol, Pontecesures se sitúa como fin de la travesía, una meta afeada por las humeantes fábricas de aglomerados instalados desde hace décadas en el lugar. Desde este punto los peregrinos marítimos continuarán periplo hasta Santiago por vía terrestre. |
El río Ulla ha condicionado la historia y la actividad comercial de este núcleo. De hecho, durante la época romana fue uno de los principales puertos gallegos desde donde salían productos hacia Roma.
En tiempos de Diego Gelmírez –primer arzobispo de Santiago- se construyó en sus astilleros la Armada castellana que luchó contra los normandos y sarracenos. También tuvo en el siglo XV, y por concesión real, el monopolio para la carga y descarga de sal. |